Si bien ningún robo es grato, hay muchos de ellos que sólo se llevan adelante para generar daño. Hablamos de esos que se llevan adelante en lugares en los que se sabe que no hay muchas cosas de valor económico, como este que ocurrió en las últimas horas en el cementerio municipal de Viedma.

A las 8 de mañana, cuando una de las empleadas llegó para comenzar su jornada laboral, se encontró con la puerta de la oficina violentada, totalmente destrozada. Apenas ingresó al lugar notó que estaba todo revuelto, carpetas y papeles tirados en el piso, cajones abiertos y muebles rotos.

Entre lo que se llevaron, la encargada del lugar denunció la sustracción del DVR de las cámaras de seguridad, un manojo de llaves de las bóvedas, entre otras cosas. No había dinero ni nada por el estilo. A raíz de esto, tomó conocimiento el fiscal de turno, que impartió las directivas a seguir.

Más allá de que se trataría de un robo más, de personas dañinas, no se descarta que haya algo más detrás del hecho. A los investigadores le llamó la atención que se lleven las llaves para abrir las bóvedas y el disco en el que se encuentran las filmaciones.  

Como se trata de una puerta interna y no de la principal, desde el lugar decidieron cortar por lo sano. Esta mañana decidieron llevar ladrillos, cemento y empezaron a cerrar ese ingreso de manera definitivo para que no vuelva a ocurrir.